lunes, 27 de julio de 2009

Museo de Mazatlán se renueva


  • Remodelan el inmueble con motivo de su 20 aniversario.


El Museo Arqueológico de Mazatlán, en Sinaloa, fue objeto de trabajos de remodelación interior y exterior a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), con motivo de sus 20 años de creación. El recinto que ocupa una casona de principios del siglo XX, posee un acervo que ronda los mil objetos que van desde el periodo prehistórico hasta el colonial.

El museo fue creado el 29 de junio de 1989, a instancias del coleccionista particular Miguel Valadez, cuyo acervo fue enriquecido gracias al trabajo arqueológico desarrollado por el INAH en el sur de Sinaloa.

Luís Alfonso Grave Tirado, investigador del INAH y coordinador de actividades del recinto, informó que el museo ofrece actualmente un panorama histórico desde los primeros asentamientos de la región hasta la herencia cultural indígena que subsiste en nuestros días.

En semanas recientes finalizaron los trabajos de intervención arquitectónica del museo, que consintieron en el mantenimiento de muros, pintura exterior e interior del inmueble y la intervención de la sala de exposiciones temporales y su patio interior, donde se abatieron problemas de humedad. Además de la instalación de un nuevo del sistema de iluminación en todo el edificio.

Lo anterior, se suma a la actualización del guión museográfico, efectuada hace un par de años, bajo la coordinación del arqueólogo Grave Tirado, con base en las investigaciones hechas en Sinaloa desde 1998.

Las cuatro salas del Museo Arqueológico de Mazatlán reúnen 180 piezas expuestas en 14 vitrinas organizadas de forma cronológica. La Sala 1 presenta una introducción a la arqueología y un panorama general de los primeros asentamientos humanos en la región, fechados cerca del año 250 de nuestra era.

La Sala 2, también conocida como Sala Aztatlán, debe su nombre al periodo de mayor esplendor y ocupación humana en el sur de Sinaloa, entre los años 750 -1300 d.C., cuyo discurso se centra en las actividades cotidianas de dichos asentamientos y se exhiben algunas de las piezas más características del museo como vasijas policromadas y figurillas de barro.

Durante esa época, la región se caracterizó por una notable comunicación e interacción entre los habitantes de la cuenca occidental del pacifico mexicano con el altiplano de Durango. De este periodo datan la mayoría de las mil piezas resguarda el museo en salas y bodegas, y que en su gran porcentaje corresponden a puntas de flecha de sílex o pedernal y obsidiana.

La Sala 3 está destinada para exposiciones temporales, mientras que Sala 4 aborda mediante imágenes la historia de la etapa posterior de la llegada de los españoles, así como la herencia que dejó el mundo prehispánico, como el juego de pelota o la ulama, que se sigue practicando en algunas regiones de la sierra sinaloense. Además, cuenta con la pieza más famosa del recinto, el popularmente llamado “Jorobado de la Náutica”, escultura de barro de 60 centímetros, que representa un hombre corcovado que fue encontrado en la Escuela Náutica de Mazatlán.

La casona del siglo XX que hoy ocupa el recinto tiene un pasado particular, en sus inicios funcionó como estación de carromatos— carruaje de dos ruedas enganchado a caballos que era usado antiguamente para carga o transporte. Después la propiedad fue adquirida por un particular y convertida en gimnasio de boxeo. Posteriormente sobre la calle del recinto se concentraban los comerciantes de oro del puerto.

Fue hasta 1984 que el gobierno del estado adquiere el edificio, y en 1989 lo destina como sede del Museo de Mazatlán. Finalmente, en 2001 el inmueble fue entregado al INAH, institución que además de actualizar el recinto traslado a sus instalaciones su delegación en Sinaloa.

En el marco de los festejos por el vigésimo aniversario del museo, se organiza una conferencia sobre su historia y su conformación. Para septiembre, se contempla una exposición sobre mexicaneros y tepehuanes, dos grupos indígenas que subsisten en la sierra del sur de Sinaloa y norte de Nayarit.

Finalmente, en octubre se llevará a cabo el ciclo anual de conferencias del Centro INAH Sinaloa, que este año tendrá como tema central “La Sierra entre Durango y Sinaloa”, así mismo, se organiza un seminario sobre la historia del pueblo minero de Cosalá, recientemente nombrado como Pueblo Mágico por el gobierno federal.

El Museo Arqueológico de Mazatlán abre sus puertas al público de lunes a viernes de 10 a 15 horas. La cuota de admisión es de 31 pesos. Exención de pago a niños menores de 13 años, estudiantes, maestros y personas de la tercera edad con credencial. Los domingos la entrada es gratuita para público nacional y residentes.

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