jueves, 1 de octubre de 2009

Afirma INAH que se protegerán sitios inscritos en lista de UNESCO

El subdirector de Patrimonio Mundial del INAH, Francisco Vidargas, recordó que con la inscripción de Las capillas familiares y tradiciones vivas de los pueblos otomí-chichimecas de Tolimán, en Peña de Bernal, Querétaro, y la ceremonia ritual de los Voladores, de Papantla, Veracruz, la UNESCO establece que el objetivo es contribuir a dar a conocer el patrimonio cultural inmaterial.



México.- A partir de la designación de la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad dos tradiciones mexicanas, se tomarán medidas adicionales para proteger y promover esos sitios, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El subdirector de Patrimonio Mundial del INAH, Francisco Vidargas, recordó que con la inscripción de Las capillas familiares y tradiciones vivas de los pueblos otomí-chichimecas de Tolimán, en Peña de Bernal, Querétaro, y la ceremonia ritual de los Voladores, de Papantla, Veracruz, la UNESCO establece que el objetivo es contribuir a dar a conocer el patrimonio cultural inmaterial.
Asimismo, lograr que se tome conciencia de su importancia y propiciar el diálogo entre los países, poniendo de manifiesto la diversidad cultural a escala mundial y reconociendo y dando testimonio de la creatividad humana, añadió el funcionario.
Por su parte, el titular del INAH, Alfonso de Maria y Campos, destacó que la inscripción conlleva una serie de medidas que ponen en relieve el papel de esta institución, encargada de las gestiones ante el organismo internacional.
"El INAH no sólo es gestor de la riqueza cultural, contribuye con la sociedad para que el universo simbólico de la nación descanse en diversos contextos multiculturales. Como especialistas es necesario abordar este reto para brindar a las generaciones futuras la confianza de contar con el legado común", expresó.
Francisco Vidargas destacó que esta es la primera vez que México logra la inscripción de elementos culturales en la categoría de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Respecto al sitio en Querétaro, explicó que se trata de un territorio simbólico de las comunidades otomí-chichimecas, cuya mayor característica radica en sus capillas familiares, espacios que les representan el lugar donde residen sus ancestros.
Este reconocimiento, dijo, acredita la riqueza cultural y los esfuerzos que han desarrollado dichas comunidades para la salvaguardia de sus tradiciones, entre ellas sus peregrinaciones anuales, sus más de 200 capillas familiares, que datan del siglo XVIII, y su territorio sagrado.
Esta inscripción por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), anotó, representa la culminación de un trabajo emprendido de la mano de los habitantes de las comunidades del semidesierto.
Gente que manifestó su consentimiento e interés por trabajar en la defensa y promoción de su cultura, lengua, tradiciones y territorio, a través de talleres, asambleas, encuestas y foros, que dieron lugar a la Declaratoria de los pueblos otomí chichimecas del semidesierto queretano, proclamada en julio de 2006, recordó.
Junto con ellos, abundó el funcionario, un equipo de especialistas formado por antropólogos, historiadores, arquitectos, biólogos, ambientalistas, geógrafos, fotógrafos, diseñadores y promotores culturales, se dio a la tarea de integrar el Expediente Técnico que fue presentado al Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en septiembre de 2008.
"Son espacios de la memoria que hacen posible el encuentro entre vivos y muertos, y la preservación de los linajes familiares que articulan la organización comunitaria.
"La singularidad cultural de estas comunidades es resultado de la fusión entre la memoria batalladora y trashumante de las tribus chichimecas, y la lengua y tradiciones de los pueblos otomíes, uno de los grupos más antiguos y numerosos de Mesoamérica", expuso.
Sobre el rito de los Voladores de Papantla, refirió que data de la época prehispánica, asociado a la fertilidad, que practican grupos étnicos de México y Centroamérica, en particular los totonacos de Veracruz, que son mundialmente reconocidos.
Precisó que se tiene evidencia de que existe esta danza desde el año 600 a.C., y son ceremonias que expresan principios y valores fundamentales de la cosmovisión indígena.
De acuerdo con las investigaciones históricas, hay diversos grupos étnicos que realizan esta danza, aunque con variaciones (totonacas, nahuas, otomíes y mayas quichés, entre otros).
En la región del Totonacapan se observa el ritual con mayor arraigo, en el municipio de Papantla, Veracruz, reforzado por su cercanía con El Tajín, donde hay evidencias de palos de voladores, desde los años 30 del siglo pasado, indicó Vidargas.
En muchos casos los voladores han sido los embajadores de los pueblos indígenas americanos al resto del mundo y es, definitivamente, la ceremonia de la danza una de las expresiones del patrimonio inmaterial más importantes, subrayó.
El vuelo es la parte final de la ceremonia, que se inicia desde la vestimenta (muchas veces elaborada por los mismos voladores), y una preparación espiritual previa, que requiere de alguien que se juega la vida, rememoró.
El proceso incluye la búsqueda del palo sagrado, el corte, arrastre, levantamiento, danza previa, petición de perdón al bosque y montaje de un altar, abundó.
"El trabajo de documentación y armado del expediente por parte del Centro de las Artes Indígenas y el trabajo interinstitucional de los tres niveles de gobierno, corona un extenso plan de salvaguardia, preservación, difusión y desarrollo del patrimonio cultural enfocado a tres grupos principales:
"Los voladores de los estados mexicanos de Veracruz, Puebla y San Luis Potosí; los danzantes de Guatemala; y las regiones de México y Centroamérica en las que se ha llevado a cabo la práctica del ritual", añadió.
Los sitios mexicanos fueron inscritos en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad durante la Cuarta Reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda de la UNESCO, que se lleva a cabo en los Emiratos Arabes Unidos.
En dicha reunión participa una delegación mexicana integrada por Francisco López Morales, director de Patrimonio Mundial del INAH; el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera; Manuel Suárez, representante del gobierno de Querétaro y coordinador del Expediente Técnico, y Diego Prieto, director del Centro INAH-Querétaro.
Notimex

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